lunes, 13 de febrero de 2012

Zona Eritrea ---> Capítulo III


III

Era como si las palabras fluyeran de mi voz hacia los demás, y no podía dejar de pensar con cada página que cambiaba, que todo lo que estaba leyendo sobre esa historia era mentira. No era la primera vez que llegaba a esa súbita conclusión, sino que muchas veces que mis compañeros leían, tras escucharlos, me quedaba pensando que nada de los acontecimientos que leyeran en voz alta fuera un 10% verdadero conforme a lo que mi razón comenzaba a advertirme. Esta vez no resultó diferente, las palabras fluían sin atorarse en mi garganta y aun cuando estaba reprimiendo tanto las lágrimas como el dolor de los pies, estaba dejando en claro que quería seguir con mi récord de no tener una herida de bala en mi mano para la tarde.

Los Insufribles, ¿alguna vez han sentido que los han engañado deliberadamente? Bueno, yo he sentido que lo han hecho toda mi vida, pero oponerme a la Republica a mis escasos 17 años en el tema de los textos literarios va más allá de mi rebeldía común y sin pensar, que el cuestionar esa parte del gobierno te lleva a un peldaño mas grande de castigo, del cual la Republica Africenses no es quien lo imparte, sino el verdadero causante del sistema cruel que hay hoy en las islas y países que han sobrevivido la guerra de los Océanos: los Gobiernos Mundialmente Unidos (GMU). ¿Donde quedaba? Sólo aquellos con mayoría de edad sabían cómo era y qué te hacían ahí en tu cumpleaños numero dieciocho cuando todo el primer tomo de las leyes ya no será aplicable para ti al convertirte en u adulto. Pero nadie hablaba sobre su experiencia, nadie podía decirte si era verdadero o falso las torturas que ahí te impartían para quitarte los pocos remansos de infancia que podían seguir en tu interior. Como en todo lo demás, nadie hablaba, creaba o imaginaba. Sonreí a medias mientras leía pues creo que ya lo descubriré dentro de dos semanas.

Pero, retomando mí estado de rebeldía, no era tan insensata como preguntar por qué estaba escrito de dicha o aquella forma, y mucho menos decir que algunos de los autores que aclamaban decir que era su obra era mentira. Esa mañana me sentía como cuando leímos Caperucita roja cerca de mi noveno cumpleaños, Nietzsche era el autor, pero no podía dejar de pensar en los hermanos Grimm que habíamos leído días atrás en historia de las catedrales de la antigua Europa, ¡el autor no era el! Su concepción de un cuento era demasiado filosófica para ser en realidad algo ligero para un infante de diez años. Fue la única vez que me atreví a decirlo, pero los azotes impartidos en todo mi cuerpo (sin mencionar que me cortaron un pedazo de piel para escribir en él mi crimen y así poder archivarlo) me llevaron a no volver a cuestionar a los ingenieros en el tema. Y mucho menos desafiaría a Koffer en este tema frente a todos y dentro del salón, pues sería muy capaz de saltarse la ley de no matar a los menores con tal de callar mis imprudencias.

Los Insufribles, Víctor Hugo era un dramaturgo de la era medieval, cuya obra del Mio Cid me pareció muy perturbadora al ser su personaje el que mató a Merlín en la leyenda del Rey Arturo por decir que era un hechicero a lado del próximo Rey de Inglaterra; como en todos los cien mil libros que existían,la fantasia no era parte de ninguno, eso lo había dejado claro la Republica Africenses al contar  cuando la isla de Yemen, no muy lejos de Eritrea, se levantó en una pequeña revolución con el argumento de que los hechiceros, dragones, elfos y anillos mágicos existieron en el "Cantar de los lunginos" que aclaraban era el cantar, pero de los Nibelungos. Obviamente Yemen dejó de existir hace un siglo debajo de un gran tsunami tras romperse sus pilares marítimos con bombas nucleares por parte del ejército, y fue la última revolución que hubo por una diferencia de géneros literarios ante la GMU. De ahí en adelante ya nadie mas cuestiona el régimen con el que vivimos y la ignorancia se ve más latente cuando más personas analfabetas aparecen entre las familias al no poder comprender del todo un lenguaje o ser expulsados por comportamiento inadecuado de la escuela. Si así era en Debuwawi, ¿cómo estarían las otras regiones de Eritrea tras las montañas del Rift? ¿Cómo estarían los demás países? ¿Cómo estarían los demás continentes? Porque era fácil deducir que al existir la GMU los otros continentes no eran solo una fina línea del horizonte que te llevase en picada hacia ellos...

-Woolf, detente, se llevaran los siguientes diez capítulos para mañana y seguiremos con la lectura en dos días. Pueden retirarse.-lo voltee a ver, pero el gruñido que me dedicó hizo que cerrara el libro y saliera con Nassif del salón.

-Y saliste sin una bala nuevamente. ¡Sigues acumulando puntos en tu récord a nivel nacional!- golpee su espalda, ya que había insistido en cargarme en ella tras desplomarme en la arena camino a casa.

-No es algo para alegrarse, es un tragedia, aunque en si puedo respirar tranquila porque no hay manera de que mis padres puedan curar una herida de bala, unos azotes sí, pero una herida como la que hubiera llevado a casa si tartamudeaba, se me hubiera infectado y hubiera muerto como Yamir el año pasado.

-Mejor Yamir que tú.

-Y regresamos a tus sentimientos obscuros en cuanto a las demás personas. Si vas con esa actitud a cumplir 18 años y ser llevado por tus excepcionales calificaciones a ser ingeniero nuclear serás igual o peor que Koffer.


-Ahora me estas subestimando. Seré mejor que Koffer pero porque no azotare inocentes por traer arena en las zapatillas.
-Tonto.


-Insufrible.- y eso me pegó como una daga en el pecho, y vaya que es un dolor intenso. Voltee a ver hacia el pequeño mercado de los jueves a las afueras de Kobar. Los Insufribles por Víctor Hugo, tenía mas dentro de su prosa una vida de miserables durante una revolución y carnicería humana relatada por un ex convicto perseguido por un obsesivo a las reglas.


-Como todos nosotros.- pensé con pesar y me recargué el resto del camino en la espalda de Nassif.

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