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domingo, 19 de febrero de 2012

Zona Eritrea-->Capítulo IV


IV
- Sigues haciendo imprudencias, Naiara Virginia Woolf. ¡Insolencias!

El aceite que me puso en las heridas de los pies me ardió lo suficiente como para hacer una mueca, pero no para quejarme. No. Con Mahsati, mi madre, no se debía gritar si yo me había buscado esos azotes. No era la primera vez que veía a su hija sufrirlos por su rebeldía, sin mencionar los impuestos y precios elevados de los productos comestibles que le causaba a mi familia. Seguro con esto le subirían un 1% a todo lo que quisiéramos comprar en el mercado a partir de mañana más la inflación de los precios por la escases de mercancía de las otras islas para subsistir en la nuestra.

Un 1% podría significar la muerte de una familia, pero al menos mi padre trabajaba en el gobierno para mantener un sueldo alto y el ser hija única ayudaba a poder seguir comiendo aún con todo el porcentaje sobre los productos que mis "insolencias" habían causado. Lo cierto es que no somos una familia rica, pero nos mantenemos fuera de las riñas por espacios de vivienda y raciones de comida, no me enorgullece decir que vivimos en las partes altas de las depresiones de Kobar, aunque fuera cierto. Somos familia del gobierno, no del pueblo. Suele decir mi padre con desdén, pero eso no le quita donar parte de sus ganancias al Caldo, la región de pobres en lo más profundo de Kobar y el mercado para familias que no logran mas que comprar una hogaza de pan para grupos de diez miembros. Tal vez éramos más familia del pueblo de lo que mi padre quería creer.

-Si le subieron el precio a tu azafrán por esto, olvídate de que cocines o "pintes" con él por un mes.- estuve a punto de recriminarle, pero como dije, con Mahsati, no podías discutir tras buscarte tus propios azotes.- ¿Cómo es que llegaste a la casa?

-Nassif me cargo.

-Como siempre.- y sonrió.- Estuve hablando con Yassah sobre el futuro de Nassif, lo tiene muy brillante dentro de la Academia de Ingenierios, Naia, será un buen hombre con el cual casarte.

- ¿Casarme?

-Después de tu visita a las oficinas GMU dentro de dos semanas es a lo que debes aspirar hija; Nassif es un buen chico, te conoce y no sufrirás ante las atrocidades de la Republica a su lado cuando se vuelva un ingeniero. ¡Incluso podrías llegar hasta otra de las islas cerca del Cairo o el Congo!

-¡Como si no fueran dos lugares y destinos diferentes, madre!- me puse colorada y en pie aún con el ardor latente del aceite.- ¡Nassif es mi amigo! ¡No quiero casarme! Madre, no ves que debe haber algo mas allá del antiguo Mar Rojo, que hay aventura y no un tablero en picada, ¿quién dictaminó que la conformación era a base de planos como tableros de ajedrez?, ¿qué acaso no puede ser elíptica o circunferencial? Casarme con Nassif es tan hueco como creer que este libro de Los Insufribles dice la verdad sobre la triste historia de un ex convicto llamado Jean Valjean que se deja matar por un obsesionado durante la obscura revolución francesa.

lunes, 13 de febrero de 2012

Zona Eritrea ---> Capítulo III


III

Era como si las palabras fluyeran de mi voz hacia los demás, y no podía dejar de pensar con cada página que cambiaba, que todo lo que estaba leyendo sobre esa historia era mentira. No era la primera vez que llegaba a esa súbita conclusión, sino que muchas veces que mis compañeros leían, tras escucharlos, me quedaba pensando que nada de los acontecimientos que leyeran en voz alta fuera un 10% verdadero conforme a lo que mi razón comenzaba a advertirme. Esta vez no resultó diferente, las palabras fluían sin atorarse en mi garganta y aun cuando estaba reprimiendo tanto las lágrimas como el dolor de los pies, estaba dejando en claro que quería seguir con mi récord de no tener una herida de bala en mi mano para la tarde.

Los Insufribles, ¿alguna vez han sentido que los han engañado deliberadamente? Bueno, yo he sentido que lo han hecho toda mi vida, pero oponerme a la Republica a mis escasos 17 años en el tema de los textos literarios va más allá de mi rebeldía común y sin pensar, que el cuestionar esa parte del gobierno te lleva a un peldaño mas grande de castigo, del cual la Republica Africenses no es quien lo imparte, sino el verdadero causante del sistema cruel que hay hoy en las islas y países que han sobrevivido la guerra de los Océanos: los Gobiernos Mundialmente Unidos (GMU). ¿Donde quedaba? Sólo aquellos con mayoría de edad sabían cómo era y qué te hacían ahí en tu cumpleaños numero dieciocho cuando todo el primer tomo de las leyes ya no será aplicable para ti al convertirte en u adulto. Pero nadie hablaba sobre su experiencia, nadie podía decirte si era verdadero o falso las torturas que ahí te impartían para quitarte los pocos remansos de infancia que podían seguir en tu interior. Como en todo lo demás, nadie hablaba, creaba o imaginaba. Sonreí a medias mientras leía pues creo que ya lo descubriré dentro de dos semanas.

Pero, retomando mí estado de rebeldía, no era tan insensata como preguntar por qué estaba escrito de dicha o aquella forma, y mucho menos decir que algunos de los autores que aclamaban decir que era su obra era mentira. Esa mañana me sentía como cuando leímos Caperucita roja cerca de mi noveno cumpleaños, Nietzsche era el autor, pero no podía dejar de pensar en los hermanos Grimm que habíamos leído días atrás en historia de las catedrales de la antigua Europa, ¡el autor no era el! Su concepción de un cuento era demasiado filosófica para ser en realidad algo ligero para un infante de diez años. Fue la única vez que me atreví a decirlo, pero los azotes impartidos en todo mi cuerpo (sin mencionar que me cortaron un pedazo de piel para escribir en él mi crimen y así poder archivarlo) me llevaron a no volver a cuestionar a los ingenieros en el tema. Y mucho menos desafiaría a Koffer en este tema frente a todos y dentro del salón, pues sería muy capaz de saltarse la ley de no matar a los menores con tal de callar mis imprudencias.

Los Insufribles, Víctor Hugo era un dramaturgo de la era medieval, cuya obra del Mio Cid me pareció muy perturbadora al ser su personaje el que mató a Merlín en la leyenda del Rey Arturo por decir que era un hechicero a lado del próximo Rey de Inglaterra; como en todos los cien mil libros que existían,la fantasia no era parte de ninguno, eso lo había dejado claro la Republica Africenses al contar  cuando la isla de Yemen, no muy lejos de Eritrea, se levantó en una pequeña revolución con el argumento de que los hechiceros, dragones, elfos y anillos mágicos existieron en el "Cantar de los lunginos" que aclaraban era el cantar, pero de los Nibelungos. Obviamente Yemen dejó de existir hace un siglo debajo de un gran tsunami tras romperse sus pilares marítimos con bombas nucleares por parte del ejército, y fue la última revolución que hubo por una diferencia de géneros literarios ante la GMU. De ahí en adelante ya nadie mas cuestiona el régimen con el que vivimos y la ignorancia se ve más latente cuando más personas analfabetas aparecen entre las familias al no poder comprender del todo un lenguaje o ser expulsados por comportamiento inadecuado de la escuela. Si así era en Debuwawi, ¿cómo estarían las otras regiones de Eritrea tras las montañas del Rift? ¿Cómo estarían los demás países? ¿Cómo estarían los demás continentes? Porque era fácil deducir que al existir la GMU los otros continentes no eran solo una fina línea del horizonte que te llevase en picada hacia ellos...

-Woolf, detente, se llevaran los siguientes diez capítulos para mañana y seguiremos con la lectura en dos días. Pueden retirarse.-lo voltee a ver, pero el gruñido que me dedicó hizo que cerrara el libro y saliera con Nassif del salón.

-Y saliste sin una bala nuevamente. ¡Sigues acumulando puntos en tu récord a nivel nacional!- golpee su espalda, ya que había insistido en cargarme en ella tras desplomarme en la arena camino a casa.

-No es algo para alegrarse, es un tragedia, aunque en si puedo respirar tranquila porque no hay manera de que mis padres puedan curar una herida de bala, unos azotes sí, pero una herida como la que hubiera llevado a casa si tartamudeaba, se me hubiera infectado y hubiera muerto como Yamir el año pasado.

-Mejor Yamir que tú.

-Y regresamos a tus sentimientos obscuros en cuanto a las demás personas. Si vas con esa actitud a cumplir 18 años y ser llevado por tus excepcionales calificaciones a ser ingeniero nuclear serás igual o peor que Koffer.


-Ahora me estas subestimando. Seré mejor que Koffer pero porque no azotare inocentes por traer arena en las zapatillas.
-Tonto.


-Insufrible.- y eso me pegó como una daga en el pecho, y vaya que es un dolor intenso. Voltee a ver hacia el pequeño mercado de los jueves a las afueras de Kobar. Los Insufribles por Víctor Hugo, tenía mas dentro de su prosa una vida de miserables durante una revolución y carnicería humana relatada por un ex convicto perseguido por un obsesivo a las reglas.


-Como todos nosotros.- pensé con pesar y me recargué el resto del camino en la espalda de Nassif.

jueves, 9 de febrero de 2012

Zona: Eritrea --> Capítulo II

II
-Llegas tarde.- me susurró Nassif al oído cuando llegué a la línea de nuestro grupo con paso apresurado, con arcadas de cansancio y sudor en la frente que me apresuré a limpiarme con el brazo para que no vieran que había salido de la institución para ir a la costa.-Respira o te azotarán de nuevo como la semana pasada.

-Ni que lo digas.- le contesté inhalando y exhalando viendo venir al ingeniero Koffer hacia nosotros con aire suspicaz y el látigo entre sus manos. Si tan sólo fuera ése látigo con el que me hubiera castigado la otra vez, pues no tenía espuelas al final. Me sequé nuevamente el sudor y llegó junto a mí mirando mis sandalias llenas de arena, no había pensado en limpiarlas, pero no lo miré a la cara pensando que podría saber de mi ausencia durante el receso. Sacó el látigo y me azotó los pies con él y reprimí un grito de dolor, podía sentir la sangre emerger de mi piel y la carne abierta, la arena que aún prevalecía entró en la carne y el ardor fue aún más intenso. Otro latigazo y otro.

-Naiara Woolf…

miércoles, 8 de febrero de 2012

Buenas noches a todos ustedes que andan leyendo esta historia,

Puedo decirles que el día de hoy escribí los capítulos 3 y 4 en formato tecnología para que pueda compartírselas, porque sabrán que todo lo que escribí durante mi travesía con Alexander fue escrita en pergaminos y papiros, pero debo modernizarme para compartirla con ustedes.

Es por esto que el siguiente capítulo lo lanzaré mañana después del mediodía, estén atentos a este, mí círculo de palabras.
"Todo tu conocimiento significa nada...."

NAIARA




martes, 7 de febrero de 2012

Mi nombre es Naiara Woolf...

Esta es mi página para poderles compartir mi Círculo de Palabras...¿qué es esto? Creo que si leen las entradas periódicas que subiré de mi aventura que me llevó lejos de mi tierra natal hasta Alejandría y de conocer cada etapa de la humanidad a lado de Alejandro Dumas tal vez puedan comprender a qué me refiero con esto.

Esta es mi historia, mi aventura, mi recopilación de datos y el descubrimiento de que la República Africenses no era lo que nos había hecho creer...Y todo comenzó con los insufribles, así que dentro de 3 días no se pierdan el segundo capítulo de mi historia y acompáñenme...que poco a poco les develaré la verdad detrás de el Círculo de Palabras.

"All your knowledge is for nothing,
means nothing in a war where reason is ruled by imagination,
where imagination is obscured by feelings,
and feelings are governed by writing !"
Alexander Dumas

Zona: Eritrea --> Capítulo I


“ Cada secreto del alma de un escritor, cada experiencia de su vida,

cada atributo de su mente, se hallan ampliamente escritos en sus obra.”

VIRGINIA WOOLF



I

La arena era espesa y suave en aquél punto de la playa, los rayos del sol quemaban la piel ilustre que cubría cada centímetro de mi persona. Me gustaba sentir cada uno de los granos entre mis dedos, en la planta de mis pies desnudos al dejar las zapatillas al borde del piso de cerámica.  Era agradable pensar que podría llegar a ser libre si tan sólo supiera cómo cruzar a nado aquella inmensidad azul que se me presentaba.

Bufé.

Eso era realmente imposible. Poco probable.

Seguramente los mapas que me habían mostrado en la clase desde que era pequeña eran verdaderos y el mundo terminaba:

“…en un fina línea del horizonte cayendo en picada hacia los países americanos en una cascada infinita hasta tocar tierra.”

Aquellas habían sido las exactas palabras de nuestra mentora y era lo que siempre enseñaban al principio de cada año para recordarnos que el mundo se dividía en cinco partes distintas, cinco pedazos que constituían los cinco continentes del mundo perdido, el mundo inhóspito del que ya nunca se hablaba mas que en ése primer día de historia general en la república de mi país: América, Asia, África, Oceanía y Europa.